Para alargar el ciclo de vida de los productos podemos implementar estrategias ligadas al propio producto, como modificar el diseño, la calidad, su utilidad o basadas en el mercado como dirigirnos a otro segmento de clientes o atraer los clientes de la competencia.
¿Qué estrategias usar para alargar el ciclo de vida de productos minoristas?
Estrategia de conocimiento en tu producto
Existen factores internos como externos que influyen en la evolución de las ventas de determinado producto. Acceder a información precisa, bien estructurar y actualizada te permite detectar en qué etapa se encuentra el producto en cuestión. Las herramientas administrativas para los negocios minorista como un punto de venta, te ayuda a poner en orden los datos para saber el volumen de venta de cada uno de tus productos. De esta forma puedes tomar medidas adecuadas dependiendo del punto en el que se encuentre tu producto.
Mientras que en la fase inicial es importante invertir en promoción para dar a conocer el producto al cliente ideal. En la etapa de crecimiento se recomienda diversificar la oferta con nuevos modelos para hacer frente a la competencia. En la etapa de madurez, se deben reducir los gastos de producción y diseño, y mantener campañas para mantener el producto en la mente del consumidor. Finalmente en la etapa de declive puedes ofrecer mejores precios a tu cliente, y publicitar tus promociones.
Personalización en tus productos
Adaptar los productos a la evolución del mercado y a las exigencias del consumidor es una de las estrategias ligadas al producto que mejores resultados obtienen. Cambiar el color, el tamaño, el diseño del envase u otras propiedades de los artículos ya no presenta el esfuerzo e inversión grande que suponía en el pasado.
Hay compañías que están yendo más allá de permitir al cliente diseñar de forma autónoma sus productos, desde muebles de cocina, gafas de sol, hay miles de productos susceptibles de seguir este proceso de máxima personalización. ¿Cuentas con alguno de ellos?
Comunicación de tus productos
Para poder adaptar los productos a las necesidades del cliente es imprescindible saber qué busca, y qué espera en cada momento. Las redes sociales, los foros, las plataformas de comercio electrónico e incluso las visitas en la tienda física representan fuentes de información de gran valor. Extraer los datos, centralizarlos y analizar de forma coherente y estructurada será de gran ayuda para conocer el estado actual del mercado y del cliente.
Los sistemas que te permiten la gestión de la información de tus clientes permite realizar esta labor de forma sencilla y eficiente. Pero lo óptimo es utilizar todos estos canales para explotar las interacciones en ambas direcciones de manera que podamos dar a conocer los productos e informar sobre su evolución a través de ellos.