El día termina. Apagas la computadora, recoges tus cosas… pero tu cabeza sigue encendida. Aunque tu jornada laboral ya terminó, tu mente sigue en modo trabajo. Y eso afecta directamente tu descanso, tu productividad mental y tu capacidad de tomar decisiones con claridad.
Si te pasa, necesitas una rutina de cierre diario. Un hábito simple, sin apps, que puedes aplicar en cinco minutos y que te ayuda a cerrar tu día con intención.
En este blog te explico cómo hacerlo, por qué funciona y cómo puede ayudarte a liderar con más foco, liberar tu mente al final del día y avanzar sin saturarte.